A medida que se desarrollan los países y aumenta el número de sus habitantes, crece paralelamente la demanda de agua para todos los usos. La necesidad de cubrir dichas demandas, se traduce en más alimentos, más servicios y por ende más usuarios que le imponen al agua usos cada vez más variados y competitivos. Empero, conviene advertir que su volumen disponible está rígidamente ligado a factores geográficos y geomorfológicos que sólo permiten obtener el agua de manera parcial y a muy elevados costos para poder modificarla y adaptarla a las necesidades presentes (Fernández, 1999).
En este sentido, y según el uso del agua (con fines de aprovechamiento y aquellos que suministran protección contra los efectos dañinos de ésta), el hombre ha modificado el acontecer natural del agua y de su ciclo hidrológico, a través de obras hidráulicas con el fin de captar, regular, controlar, transportar, distribuir, recolectar y disponer de las aguas o bien protegerse de ellas mediante la planificación, proyección, construcción y operación de estas obras.
La Gestión de Proyectos es la encargada de planificar, organizar, direccionar y controlar los recursos asignados a un proyecto o a un conjunto de proyectos, como en el caso del recurso agua; alcanzando metas y objetivos específicos, así como también permitir acometer tareas que pueden ser manejadas eficientemente mediante la integración de las distintas áreas que ellas conllevan. Los proyectos consisten en un conjunto adecuado de actividades que buscan la realización de un propósito determinado, esto se concibe con la intención de transformar una idea en un producto, o conociendo el uso adecuado de un recurso, que como el agua, es escaso pero posee la virtud de ser aprovechado siempre y cuando exista la intención y la visión para ello, involucrando por supuesto un periodo de tiempo definido y un presupuesto determinado.
Existen diversos conflictos referentes al uso del agua, que abarcan aspectos cuantitativos y cualitativos, además existen considerables diferencias entre los distintos países en cuanto a la legislación y a las instituciones responsables del manejo del agua, y también existe diversidad en cuanto a la capacidad de planificación y ejecución de proyectos (PNUMA, 2003).
El uso de las aguas residuales para la agricultura, se constituye en una de las alternativas para la escasez de agua a nivel mundial, incluso en otros países es el único recurso hídrico de comunidades pobres, que subsisten por medio de la agricultura, convirtiéndolas en una posible fuente adicional para la demanda del agua. La utilización de este tipo de aguas, constituye una herramienta valiosa para controlar la contaminación de aguas superficiales y hacer frente al reto de incrementar la producción agrícola bajo riego sin comprometer el recurso hídrico escaso destinado a consumo humano. Los nutrientes presentes en las aguas residuales constituyen un valor agregado a la economía de los productores, disminuyendo los costos de inversión y aumentando el rendimiento de los cultivos. Con respecto a la disposición de las aguas residuales, la información para su manejo y por ende de las infraestructuras hidráulicas para el aprovechamiento integral de éstas a nivel nacional no se encuentra sistematizada, por lo tanto es de difícil acceso cuando se trata de detalle por regiones (PLANIMARA, 2009).
Dentro del contexto del estado Zulia, el área metropolitana de Maracaibo, presenta un sistema de alcantarillado que vierte sus aguas al Lago de Maracaibo en varios puntos a nivel sub-lacustre, para lo cual se utiliza sistemas de bombeo que son operados por la Hidrológica de Maracaibo (HIDROLAGO) y el Instituto para el Control y Conservación de la Cuenca del Lago de Maracaibo (ICLAM). Estas obras actualmente presentan problemas por la poca capacidad, así como su deterioro (Rosillo, 2002).
Otra situación observada es que no existe un plan de drenaje y disposición de aguas servidas, lo que provoca rebosamientos de los drenajes en los períodos de lluvias, aun más cuando los usuarios conectan sus sistemas domiciliarios a alcantarillados de aguas servidas y de drenaje que no presentan un plan de mantenimiento constante, y es aquí, donde las deficiencias de la gestión de las instituciones se ven materializadas (Alcaldía de Maracaibo, 1997). Mediante la puesta en marcha planes de gestión para el tratamiento de las aguas, se puede solucionar parte de estos problemas, así como, disminuir el proceso de contaminación del Lago de Maracaibo, más aún, cuando éstas aguas son aptas para fines de riego agrícola.
Teniendo en cuenta las perspectivas y retos que enfrenta la Región es importante que las autoridades regionales enfoquen sus acciones en las propuestas por el PNUMA (2003) como las que pueden mejorar la coordinación interagencial, proteger los hábitats acuáticos y los ecosistemas de esta índole, salvaguardar la economía y lograr suficiencia alimentaria, atendiendo aspectos tales como:
- Evaluación de los recursos hídricos,
- Incremento de la capacidad institucional en el manejo del agua,
- Agua y pobreza,
- Agua y saneamiento,
- Cambios en los patrones de consumo y producción insostenibles en el uso del agua,
- Agua y asentamientos humanos.
Es importante abordar, estos problemas desde una perspectiva coordinada, para impulsar compromisos, cooperación, participación y nuevas alianzas técnicas y políticas. La realidad es aún cuando la legislación existente para protección y manejo de las aguas, y de los importantes avances y concientización de los planificadores de las ciudades del mañana; no se han tomado en cuenta que la organización del aprovechamiento de las aguas residuales mediante el tratamiento adecuado, puede ser la fórmula para un urbanismo cónsono con el desarrollo y conservación del Lago de Maracaibo. Así como también, el progreso de otros centros poblados que mediante la gestión del establecimiento de sistemas de riego a partir de aguas tratadas, pueden de manera integral, mejorar e impulsar su hábitat a través de la construcción de obras hidráulicas y el beneficio socioeconómico (vialidad, viviendas, salud y educación), entre otros.
Por ello es necesario adoptar medidas concertadas que impulsen el principio de una gestión de proyectos de riego a partir de los efluentes de los sistemas de tratamiento de Maracaibo, que genere posibilidades como el establecimiento de urbanismos mediante usos alternos del agua, construcción de obras hidráulicas para la producción y que afronten el deterioro de los ecosistemas acuáticos y biodiversidad conexa, y la creciente amenaza de peligros naturales en el desarrollo actual de Maracaibo.
En el caso de las aguas residuales del sur de la ciudad de Maracaibo y del noreste del municipio San Francisco, se están reutilizando para lograr la ejecución de un proyecto de riego, el cual está siendo dirigido por una institución del gobierno venezolano, y que a su vez sirve como principal antecedente de metodologías y prácticas innovadoras a nivel local para el manejo adecuado del agua, y se proyecta como una de las principales estrategias para aumentar la superficie productiva del país y fortalecer el desarrollo socioeconómico de productores en zonas poco desarrolladas.
El establecer medidas concertadas al principio de sistemas de riego con aguas tratadas, contempla la formulación y la aplicación de políticas, estrategias, planificación de proyectos hidráulicos y las obras relacionadas a estos (sanitarias, viales, urbanísticas, electromecánicas y de desarrollo agrícola), aplicación de planes de aprovechamiento sustentable y sostenible, administración de proyectos de índole rural, participación de todos los actores y, lo más importante ampliar el espectro de la visión de los profesionales y entes responsables del desarrollo de Maracaibo, más allá para lo cual fueron instituidos o proyectados, respectivamente.